El deterioro salarial de docentes y nodocentes universitarios es el más profundo desde el retorno de la democracia
A un año de la marcha federal universitaria que convocó a más de un millón de personas en todo el país, la situación salarial de docentes y nodocentes universitarios sigue siendo crítica.
La multitudinaria movilización del 23 de abril de 2024 impactó favorablemente ya que, tras la misma, el Gobierno nacional definió un incremento de los gastos de funcionamiento para que las universidades pudieran funcionar. Pero no hubo ningún tipo de recomposición en los salarios de quienes, día tras día, hacen posible que la educación pública continúe subsistiendo.
En un comunicado emitido el día 22 de abril pasado, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) solicitó a las autoridades nacionales “un plan de recomposición que devuelva dignidad al salario de las y los trabajadores de la educación superior”.
“El desfasaje producido entre la inflación acumulada y los incrementos recibidos desde noviembre del 2023 a marzo de 2025 es de más del 80 por ciento, lo que acentúa la precaria situación salarial de trabajadores de la educación superior que, en su amplia mayoría, perciben hoy un salario por debajo de la línea de pobreza”.
Esta crítica situación deteriora la realidad diaria personal de cada docente y nodocente y de las instituciones públicas en su conjunto, afectando gravemente su normal funcionamiento. Esta realidad compromete la calidad y la continuidad de la educación superior.
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